Bacalao rebozado con salsa de aceitunas negras

Me han hecho un regalo, ¿ te gusta que te regalen cosas ?, ¡a mí me encanta!, no necesariamente tienen que ser cosas valiosas, me gusta la acción que conlleva hacer un regalo, la cara de  satisfacción de quién lo regala, y la de felicidad de quien lo recibe, si el regalo es un libro, ¡fantástico! , y si el libro es un buen libro de cocina, mucho mejor, aunque mis estanterías crujan, aparcados en triple fila, el inconveniente, es que cuando voy a buscar alguno que me interesa nunca lo encuentro, ¡eso si ! mis favoritos están en perfecto orden y bien localizados, porque de vez en cuando me gusta, volver a releer libros casi olvidados. Dentro de mis gustos se encuentran también los cómics, tengo una nutrida colección de ellos, hace tiempo me gustaba recorrer librerías especializadas en estos temas e ir comprándome los que me faltaban, una costumbre que dejé de practicar por un problema de espacio, y la puñetera crisis, que esta provocando que pequeños establecimientos especializados desaparezcan. Especialmente tengo en  lugar de honor en mi casa un libro que me regaló hace muchos años un tío mío aficionado como yo, a libros viejos , que no antiguos, el olor de las hojas envejecidas, a polvo, a moho, otro de los aromas asociados a mi recuerdo, además, del olor que se desprende de la cocina cuando lo que se cocina es algo sabroso y agradable . Mis tíos fallecieron hace algunos años, les gustaba comer, y a mi tía cocinar, he ido muchas, muchísimas veces a comer a su casa, la tía nos hacía para comer siempre todo lo que nos gustaba, es por eso que este regalo que mi tío me hizo, lo tenga en mi casa en un lugar de honor,  cada vez que lo miro lo recuerdo, por tanto y asociados a éste , muchos otros buenos recuerdos. El libro en cuestión con ilustraciones de Grandville,  son las famosísimas fábulas de Samaniego, con todo el cariño que mi tío me dio esta entrada es para recordar a una muy importante persona en mi vida, que seguramente disfrutaría un montón con esta receta.

Ingredientes:

• 600 gr de bacalao para desalar
• 2 cebollas rojas
• 2 huevos para rebozar
• 100 gr de aceitunas negras deshuesadas y laminadas
• Aceite de oliva para freír
• Harina para rebozar el bacalao

Elaboración:

Primero ponemos a desalar el bacalao, este era un trozo muy grueso, así que lo he tenido 3 días desalando, el primer día lo tuve a temperatura ambiente, cambiando 2 veces el agua por la mañana y por la noche, los otros dos días lo puse en la nevera cambiando dos veces el agua también, esto lo hice para que el bacalao no coja olor y se atufe, porque si coge olor luego a la hora de guisarlo permanece, y es desagradable.

Una vez bien desalado lo dividí en porciones , lo sequé, y  pasé ligeramente por harina y  huevo batido y lo freí en aceite a fuego moderado, lo saqué del aceite y lo puse en papel absorbente para eliminar el exceso de grasa , no freírlo demasiado para que conserve la jugosidad por dentro.

Cortamos la cebolla en juliana fina, y en una sarten con aceite de oliva, a fuego lento, vamos confitando la cebolla hasta que este bien tierna, yo trituré la cebolla porque en casa no les gusta encontrársela, pero esta mucho más rico con la cebolla sin triturar, las aceitunas las corté con un cuchillo en forma de láminas y las guardé para la guarnición.

Para la presentación del plato ponemos una capa de cebolla y aceitunas, encima el bacalao, y sobre éste podéis añadir un poquito más de cebolla y aceitunas.