La cebolla
La cebolla es escarcha cerrada y pobre: así empieza el poema del escritor y poeta Miguel Hernández sobre la cebolla, le dedicó estas “canciones de cuna” a su segundo hijo, mientras se encontraba encarcelado después de que recibiera una carta de su mujer, donde contaba que solo tenían pan y cebolla para comer . Hoy quiero dedicar esta entrada a una hortaliza que aunque no es santo de mi devoción he de reconocer que da a casi todos los platos un sabor demasiado especial e intenso (para mi paladar) y que tiene más defensores que detractores.
Empecemos con sus propiedades: La cebolla contiene vitaminas y sales minerales, azufre, fósforo, hierro, calcio, sodio y magnesio. Es muy buena para todas las afecciones respiratorias. Mi abuela siempre nos ponía media cebolla en la mesilla para calmarnos la tos y yo alguna vez también se la he colocado de ambientador a mi hijo. La cebolla es rica en glucoquinina, una sustancia que disminuye el nivel de azúcar en la sangre.
Un estudio de la Universidad de Pennsylvania asegura que comer una cebolla mediana al día reduce el riesgo cardiovascular y el colesterol en un 15%. Los compuestos azufrados, la quercetina y el selenio resultarían útiles en la prevención del cáncer, efectos antioxidantes, diurética, impotencia, adelgaza… y así un largo etcétera… estoy por pensarme mejor mi aprensión a esta hortaliza e introducirla más en mi cocina, yo sé seguro una que se va a alegrar mucho con esta decisión, ya que siempre me dice: _esta receta lleva cebolla, pero no la he puesto por ti_
Para una infusión de cebolla (segun receta de mi abuela).
Ingredientes:
El caldo o zumo de una cebolla
El zumo de un limón grande
2 cucharadas de miel (al gusto)
Elaboración:
Pelar la cebolla y cortarla en trozos con un rallador, licuadora o exprimidor, cuela el zumo, todo bien mezclado lo calientas en un cazo y lo sirves en una taza hay que tomarlo calentito.
Y como este blog va de cocina y fotografías aquí os dejo unas cuantas de esta cebolla grande y redonda obsequio de mi alumno Teodoro que un día hablando del campo y de su pueblo tuve el atrevimiento de pedirle unas piezas para fotografiar y claro no se pudo negar… ¡¡ja,ja,ja,!! sé que lo hizo encantado. La musica es de Serrat con sus Nanas de la cebolla, un jovencisimo Serrat que me transporta a mis tiempos de adolescencia , a mi walkman, mi cassette, mis cascos que se pegaban a mis oidos y me abstraian del mundo.
Bueno… ¡¡que no me enrollo más!!. Ya sabéis… a comer cebolla ¡¡como loc@s!!.
Yo si uso la cebolla y me gusta¡¡
Tú sabes que la piel de la cebolla en infusión es un tinte vegetal ??.
Yo le he usado ¡¡
Gracias y saludos como siempre
Gracias Marisa, tomamos nota.
Abrazos!!